Muebles infantiles: la cama de los niños

A la edad de los dos años o cuando los niños alcanzan los noventa centímetros de altura y son capaces de auparse sobre los barrotes de la cuna, resulta conveniente el trasladarlos a su primera cama. En este momento los niños, aparte de descansar y dormir bien, todavía necesitan sentirse protegidos y requieren elementos que les den calor y protección, como un edredón suave, un cabecero acolchado, adornos fluorescentes, zócalos de colores suaves, sus muñecos favoritos y, algo muy importante, es dotar al lateral de la cama con una protección que evite que el niño se caiga mientras duerme y descansa.

Una opción, que quizás no sea muy práctica, es comprar una cama pequeña de dimensiones inferiores a las estándar (190x90 cm.), estas camas suelen disponer ya de laterales elevados o doseles protectores que consiguen que el niño se encuentre tan seguro como en una cuna. Es importante que la primera cama tenga una estructura robusta y sólida que soporte juegos y saltos imprevistos.

En general, cuando elijamos los muebles de una habitación infantil deberemos tener en cuenta que los niños no saben cuánto cuestan las cosas, y que entre sus rasgos característicos está el gusto por los colores vivos, la curiosidad, los juegos ruidosos, la necesidad de recibir estímulos que destapen su imaginación y el desorden. Todos estos conceptos deben guiarnos a la hora no sólo de elegir la cama, sino también a la hora de elegir el suelo, el color de las paredes, los adornos y elementos decorativos, los armarios y el resto de muebles de la habitación.

Los modelos de cama infantil más sencillos de combinar y acoplar en los diferentes estilos de una habitación para niños son los de madera lacada en blanco y los de barrotes. Si la habitación tiene que ser compartida con otro hermano, entonces las literas siguen siendo una excelente opción, ya que dejan bastante espacio libre, el inconveniente es que las literas requieren que el techo de la habitación esté situado a una altura mínima de 240 cm., para que el niño que duerma en la cama superior pueda sentarse erguido sin tocar el techo con la cabeza. Las literas son un mueble muy funcional que puede incluso incorporar una tercera cama en la parte inferior, o incluso grandes cajones o una mesa de estudio extraíble entre ambas camas.

También debemos tener en cuenta que cuando los niños se hagan mayores querrán traer amigos a dormir, por eso las camas nido suelen ser una muy buena opción. Si en el dormitorio tienen que convivir dos hermanos, entonces se puede optar por dos camas nido, o una cama nido y otra con cajones. Si las camas nido se colocan en paralelo, deberemos tener en cuenta que deben estar separadas, al menos, noventa centímetros para poder sacar la cama inferior. Si la habitación tiene unas dimensiones mínimas de 300x300 cm., entonces podremos situar las camas nido en ele separadas por una cómoda baja, una mesilla o una pequeña estantería.

También son muy populares en las habitaciones infantiles las camas puente, camas que están formadas por una o dos camas que se ocultan dentro de un armario y están unidas en medio por una estantería, dejando de esta manera un espacio libre en el centro cuando se bajan. Son muy útiles cuando la habitación no es demasiado grande, ya que permiten aprovechar al máximo la pared dejando el dormitorio despejado cuando las camas se guardan dentro del armario.

Si pensamos en la seguridad de los niños, resulta importante que no coloquemos sobre el cabecero de la cama o en las zonas de la pared pegadas a la misma, elementos como cuadros, estanterías, u otros objetos pesados. Si decidimos poner literas, la cama superior debe estar dotada de los debidos elementos de seguridad para evitar caídas.